
El sector del juego en España continúa mostrando cifras sólidas en términos de ingresos, pero una nueva dinámica está transformando el panorama: las criptomonedas. Atraídos por la rapidez en los pagos y el anonimato que ofrecen, cada vez más jugadores —en especial los de apuestas altas— se inclinan hacia operadores sin licencia con base en el extranjero. Esta tendencia está obligando a los reguladores nacionales a buscar formas de reaccionar rápidamente.
En 2024, el país registró 8,1 mil millones de euros en ingresos brutos del juego. De esa cifra, los casinos online generaron 730,7 millones de euros y las apuestas deportivas otros 608,85 millones. Aunque los resultados parecen señalar un mercado saludable, la realidad subyacente es más compleja: la participación en los canales regulados empieza a erosionarse.